[ZAED]
Al día siguiente
El amanecer entra lento por la ventana, como si no quisiera interrumpirnos. Esa bella luz dorada, se posa sobre Alya mientras duerme a mi lado. La observo en silencio, con la respiración contenida.
Es hermosa. Hermosa de una forma que duele. Su piel suave, su cabello enredado sobre la almohada, su mano sobre mi pecho como si incluso dormida necesitara aferrarse a algo.
Pero lo que más me impacta es la paz que irradia.
Se mueve y su expresión se contrae apenas, como si una nausea leve la rozara antes de despertar, soy yo nuevamente imaginándome todo esto. No puedo seguir ignorándolo. Su respiración cambia. Abre los ojos.
—¿Desde cuándo estás despierto? —pregunta, con la voz ronca de sueño.
—No mucho —miento.
Alya se incorpora un poco, frotándose los ojos. El gesto es suave, pero detrás de él hay un cansancio que no es normal.
—¿Dormiste bien? —pregunta.
No respondo. La observo. Ella baja la mirada, como si intuyera que algo está por venir.
—Alya… —susurro.
Ella