[ZAED]
Dos semanas despues
Han pasado dos semanas desde que llegamos a Milán, pero cada mañana sigo despertando con la misma sensación: Esto es real. Ella está aquí. Estamos juntos.
El departamento ya no se siente vacío. Alya trajo vida a cada rincón —sus cuadernos, sus lápices, sus bocetos desperdigados por la mesa improvisada que compramos en un mercadillo. Yo aporté herramientas, planos, ideas, café… mucho café.
Todo es pequeño. Todo es sencillo. Y aun así, es la vida más auténtica que he tenido.
Hoy el amanecer entra por la ventana con un tono rosado que se ve precioso. Alya se mueve a mi lado, lenta, como si cada músculo le costara más de lo normal. Se ha estado despertando así varios días. Lo noto.
—¿Estás bien? —pregunto, acariciándole la espalda.
Ella suspira, alza apenas la mirada y sonríe.
—Sí… solo estoy cansada. Últimamente me siento agotada sin motivo.
No lo digo, pero lo pienso. Hay algo distinto en ella estos días. Una suavidad, un andar más lento. Una mano que se apoya