Capítulo 50. Acorralada
Emily
Regresar a casa después de dos semanas escondida en una de las casas de seguridad de Elijah se siente como entrar en un mundo que ya no me pertenece. Las paredes, los pasillos, los muebles… todo está igual, pero yo no. Yo he cambiado.
Durante esos días, lo único que supe fue que Angelo había dado la orden de mantenerme oculta desde el mismo día que atacaron a Noah. Decía que temía que quien lo hizo se atreviera a ir también por mí. Esa idea me persiguió como un fantasma. La posibilidad de que alguien pudiera hacerme daño se volvió tan real que me mantenía despierta por las noches, con los ojos fijos en el techo, escuchando cada ruido como si fuera una amenaza.
Elijah intentaba tranquilizarme, pero yo lo conocía demasiado bien. Su calma era fingida. Él también estaba preocupado, aunque no lo dijera.
La agonía de no saber nada de Angelo me consumía. Cada día sin noticias suyas era un tormento. Me preguntaba si estaría bien, si pensaba en mí, si me extrañaba tanto como yo lo extrañ