Capítulo 17. Sospechas
Leonardo
Me quedo mirando a Angelo fijamente, como si pudiera ver a través de él en busca de la verdad. Sé que me oculta algo. Lo conozco demasiado bien para notar el titubeo en su voz; así como el tic en su mandíbula que siempre ha hecho desde que ambos éramos niños y por accidente rompía mis juguetes.
«¿Ahora qué estás escondiendo, hermano? ¿En qué lío te has metido esta vez», pienso. Pero al final me doy por vencido y salgo de la habitación, dejándolo con la chica de turno que se revuelca en su cama.
Camino por el pasillo con el ceño fruncido. No puedo evitar sentir celos de mi hermano al pensar que él puede darse esos lujos, pues no tiene las responsabilidades que yo cargo sobre los hombros. No tiene a una organización esperando por él, ni le debe respeto a nadie. Yo, en cambio...
Aunque mi matrimonio con Emily no sea más que un acuerdo beneficioso entre ambas familias, le prometí lealtad y pienso cumplirla. Ella no merece menos.
Al pensar en ella, el recuerdo de anoche me golpe