Alejandro tragó saliva, sabía que de aquella conversación se definiría el rumbo de las cosas. Ya había cometido varios errores en el pasado, no quería seguir cometiendo más errores con Eva, así que, debía ser completamente honesto con su estatus actual.
- Eva, hay algo que necesito que sepas…
- ¿Qué sucede Alejandro? -preguntó Eva, avecinando una mala noticia seguramente.
- Hmm… Estoy haciendo mi mayor esfuerzo para mantener esto. Tú sabes bien que, desde la muerte de mi padre, trato de estar presente en la vida de Augusto y realmente no sé si lo estoy haciendo bien o no, pero hago mi mayor esfuerzo.
Ahora bien, hay muchas culpas que cargo con mi pasado, tú no eres la única persona que dañe con mis estupideces y, créeme, no hay día, no hay hora, ni minuto que me arrepienta completamente de todo lo que he hecho contigo y con otras personas. -dijo el hombre mirando por la ventana.
- Alejandro, por favor, déjate de rodeos, sabes bien que no me gusta que le den vueltas al asunto, dime, ¿A