Alejandro se quedó ahí parado, vio cómo Eva se marchó y entró a la cocina, acto seguido, el hombre entró en la habitación de su hijo.
- Papá, ¿Por qué mamá te gritó tan feo? -preguntó Augusto entre sollozos.
- Augusto, es normal que tu madre y yo, de vez en cuando, tengamos diferencias, pero no por eso, vamos a dejar de amarte. Es solo que tu mamá y yo, bueno, en ocasiones no podemos ponernos de acuerdo en cosas de nuestro día a día.
- Mamá estaba furiosa contigo…
- Oye, ven, siéntate aquí, ven… Platiquemos un poco…
El niño obedientemente se sentó en las piernas de su padre, el cual se había sentado en el suelo, recargando la espalda en la cama.
- Tu mamá te ama, yo te amo, pero… Debes saber una cosa, ella es quien siempre ha estado contigo, ella es una buena mamá, no puedes simplemente querer cambiarla. Sé que deseabas muchísimo que tú y yo nos conociéramos, pero… tu mamá es tu mamá y debes respetarla, jamás, óyeme bien, jamás le vuelvas a levantar la voz.
Sé perfectamente que todo p