- ¿Cómo está ella y el niño?
- Señor, le hemos seguido por meses y se ve bien, su hijo cada día está más grande… Aquí le dejo algunas fotografías que les tomamos recientemente.
- Hmm… -dijo Alejandro tomando el sobre.
- Señor, ¿Me permite una pregunta? -dijo el hombre con precaución.
Alejandro asintió mientras tomaba un trago de su whisky.
- ¿Por qué no busca a su hijo? Usted nos pidió nunca perderles la pista, ya han pasado 5 años, ¿No cree que es tiempo de conocerlo? Tal vez sería bueno que usted acepte la propuesta de su padre. -dijo el hombre con cierto nerviosismo en la voz.
- Sírveme otro trago, Leo, sírveme otro trago. -dijo Alejandro en respuesta.
Leo, su nuevo jefe de seguridad, entendió que no debía ahondar más en el tema. Sabía que el nombre de Eva Díaz y Augusto Mendoza Díaz eran un tema complicado. Si bien, el pequeño Augusto llevaba el apellido Mendoza, no era porque Alejandro le hubiera dado el apellido, era más bien porque Maximiliano Mendoza lo había reconocido como ni