La pareja del momento llevaba ya una semana trabajando juntos, Eva hacía todo lo que estaba en sus manos para ser una buena asistente, mientras que Alejandro se encargaba de mostrarle los entresijos de aquel puesto.
Maximiliano no había vuelto a aparecer en las oficinas del grupo Mendoza, Eva se sentía más tranquila, mientras que Alana, trataba por todos los medios de evitar a esa mujer. Sabía perfectamente que Maximiliano no aceptaría que ella hiciera algo que pudiera dañar a su nuera, así que si en algún momento quería hacer algo, debía ser cuidadosa y muy discreta.
Mientras tanto, la pareja seguía trabajando como si nada sucediera, al menos no para ellos. Los días transcurrieron y Eva tuvo una duda que no le dejaba tranquila.
- Alejandro… No quiero parecer oportunista, pero… Quiero preguntarte algo…
- Sí, dime…
- ¿Qué has podido averiguar sobre el caso de mi padre?
Alejandro sabía que era una pregunta que tarde o temprano llegaría, y que para su des fortunio, si tenía la respuesta.