10. Él era mi felicidad
Emilia Díaz
—¿Qué más quieres, Marcela? —pregunté, sintiendo la frustración, trepar por mi garganta. Estaba harta de que siempre encontrara la manera de arruinar los momentos buenos que tenía con Esteban.
Ella sonrió, satisfecha de haber captado mi atención. Pero su sonrisa no era la de alguien simplemente arrogante o molesta… no, esta vez había algo diferente en su expresión. Algo perturbador. Era como si estuviera disfrutando de algo que yo aún no entendía.
Fruncí el ceño, tratando de descifrar su juego.
—Quiero hablar a solas contigo, sin tu amiguita —espetó con desdén, señalando a Gaby con la barbilla.
Gaby se pegó a mi lado al instante, su cuerpo tenso como si estuviera lista para saltarle encima a Marcela en cualquier momento.
—Ignórala, Emilia. No tiene nada bueno que decir —susurró en mi oído, su voz firme, pero su preocupación evidente.
Yo también lo sabía. Sabía que Marcela no era más que un torbellino de veneno y manipulación, y, sin embargo… algo en su expresión me hizo du