UNAS HORAS ANTES:
La hembra joven la miraba de manera dudosa.
—Pero, ¿Cómo vas a huir de tu compañero, Luna? Eso es como la muerte...
—Él... él no es mi compañero. Aún no tengo lobo.
—Entonces no sabes si lo es, además, las lobas casi nunca pueden quedarse preñadas de machos que no son su compañero.
Katherine por un momento cerró los ojos.
Ella lo sabía y eso la aturdía.
¿Cómo había podido embarazarse de un macho que no era suyo y además de una línea temporal distinta?
Sin embargo, esta vez no podía quedarse.
No cuando todo estaba a punto de colapsar.
—Lyanna, no puedo seguir aquí. Es muy importante, tengo que irme. ¿Tú te quedarías con un macho que te encierra como una posesión?
Lyanna apretó los labios.
—El Alfa es... complicado. Pero te marcó, y eso significa algo para nosotros. Él está unido a ti.
—No sabes lo que hay detrás de esa marca.
La hembra la miró con sospecha.
—Sé que no lo entiendes pero si no salgo de aquí ahora, voy a perderlo todo —sus ojos se humedecieron—. Él no me