Capítulo 9: EL abrazo de Nyrith.
El agua helada se cerró sobre Aisha como una boca hambrienta.
Las sombras no eran simples reflejos: eran manos, frías y huesudas, que emergieron de las profundidades del estanque para enredarse en sus tobillos, sus muñecas, su cabello. Tiraron de ella con una fuerza sobrenatural, arrastrándola hacia el fondo mientras el aire escapaba de sus pulmones en burbujas plateadas.
El mundo bajo el agua pareció detenerse.
Cada burbuja ascendía con lentitud agonizante, como perlas de mercurio brillando en la negrura. Los dedos espectrales que la sujetaban dejaban surcos de escarcha en su piel, y Aisha pudo ver, con una claridad absurda, cómo el tejido de su vestido flotaba alrededor de su cuerpo como algas moribundas.
— ¡No! — Intentó gritar, pero el agua se coló por su boca, ahogando su voz.
El sonido se distorsionó, convertido en un gemido lejano, como si el estanque absorbiera hasta sus pensamientos.
Luchó, pataleando contra las garras oscuras, pero cuanto más forcejeaba, más se hundía.
Sus m