Capítulo 87. Lo Que Nos Sostiene.
**Valentina**
Milán amanecía envuelta en una niebla baja y azulada que suavizaba incluso los bordes más duros de la ciudad. Yo estaba sentada en el alféizar de la ventana, con una taza de café entre las manos, envuelta en una de las camisas de Alejandro.
Aún no había regresado del evento. Eran casi las cuatro de la mañana.
Cuando la puerta del hotel se abrió, no me moví. Lo escuché dejar las llaves, el abrigo, sus pasos lentos y pesados sobre la alfombra. Sabía que algo había pasado. Lo sentía en el aire, en su respiración contenida.
—Valen —dijo con voz baja.
Me giré. Estaba frente a mí. Ojeroso, con la mandíbula tensa, pero con los ojos encendidos por algo más que rabia.
—¿Hablaste con él? —pregunté.
Asintió.
—No necesitaba gritarle. Bastaba con que me viera sin miedo. Lo que más le duele a Gabriel no es perder… es saberse olvidable.
Caminó hacia mí. Se agachó, apoyó la cabeza en mi regazo. Mis dedos se hundieron en su cabello. Ambos cerramos los ojos.
—Estoy cansada —susurré—. Pero