**Gabriel Dumont**

No hay nada más incómodo que ver el castillo de cartas temblar.

La portada de Le Mode Noir me miraba con descaro desde mi propio escritorio: "Manipulación y montaje: ORIGEN contraataca". En la imagen, Alejandro De la Espriella con Valentina Vargas, tomados de la mano durante una entrevista en horario estelar. Detrás, las pruebas. Las capturas. Los peritajes digitales. Las contradicciones en el testimonio de Aurélie.

El daño no había sido fatal, pero sí visible. Un resquebrajamiento. Un rumor convertido en grieta.

—Son ratas —murmuré, encendiendo otro cigarro—. Ratas que aprendieron a nadar.

Mis inversionistas comenzaron a cancelar reuniones. La galería de Amberes pospuso la colaboración de primavera. Una editorial alemana publicó una columna titulada: "¿Está Maison Dumont perdiendo el hilo ético de la moda?"

Léa, mi asistente, entró con cautela.

—Monsieur Dumont… acaban de confirmar su asistencia. Alejandro y Valentina estarán en el cóctel de gala de la Cámara Europ