Capítulo 77. Tierra Adentro.
**Valentina**
Después de la intensidad de París, la calidez de Medellín me pareció un bálsamo. No hubo paparazzi. No hubo titulares. Solo el zumbido de los pájaros, el olor a mango maduro, las paredes color tierra de las casas del barrio donde me crié. Allí estaba de nuevo la esquina donde mamá me enseñó a andar en bicicleta. El árbol de guayaba que sobrevivía al tiempo.
—¿Estás bien? —me preguntó Alejandro.
Lo miré. Sus ojos grises, cansados por el viaje, tenían esa expresión serena que solo usaba conmigo.
—Estoy… en paz —le dije—. Extrañaba este lugar. Extrañaba lo que me recuerda.
—Y ahora vamos a verlo todo. Con otros ojos.
El viaje que habíamos planeado no era turístico. Era casi sagrado.
Un recorrido por nuestras raíces, por la esencia de lo que queríamos construir con ORIGEN. Una exploración sensorial, emocional y simbólica para nuestra primera colección. Alejandro, siempre meticuloso, ya tenía las rutas trazadas: el Eje Cafetero, Barichara, Guatavita, San Basilio de Palenque,