107. El Último Soldado
Florencio miró hacia la pasarela. Vio a Selene caer. Vio a Elio sobre ella. Y un terror frío, más profundo que el miedo por su propia vida, lo invadió.
En ese instante de distracción, un luisón logró superar la barricada. Saltó sobre el último mercenario de Kael, sus fauces cerrándose sobre el cuello del hombre con un crujido espantoso.
Ahora solo quedaban ellos tres. Un político renegado, una loba rota y un mercenario sin ejército.
El luisón que había matado al mercenario se giró hacia Florencio. Era inmenso, con los ojos inyectados en sangre. Florencio levantó su fusil, pero sabía que estaba demasiado cerca, demasiado expuesto.
🌖 🌊 🐾
Kael se quedó sin munición. Tiró el rifle vacío con una maldición y sacó su cuchillo de combate, un trozo de acero negro y mortal. Se preparó para el final, su rostro era una máscara de determinación.
Florencio giró, apuntando a uno de los luisones que se lanzaba sobre el mercenario. Disparó sus últimas balas. La bestia cayó, pero en su agonía,