041.
Selene se despertó antes que él.
Siempre lo hacía.
Tenía el cuerpo en calma, pero la mente en guerra.
Florencio dormía con una mano sobre su cintura, tibia, posesiva, como si supiera que si la soltaba ella desaparecía.
Pero no desaparecía. No esa noche. No después de lo que pasó.
No después de cómo se lo habían dicho sin hablar: te reconozco, aunque no te entienda.
Ella giró apenas el rostro y lo miró.
El cabello rubio desordenado, húmedo en las sienes. Los labios entreabiertos. La respiración lenta.
Parecía un niño.
Pero también un león. Desarmado.
Y eso la conmovía. Más de lo que quería admitir.
Se levantó sin hacer ruido. Fue al baño. Se lavó entre las piernas. La sensación de él aún la recorría, como un sabor, como un recuerdo encarnado.
Se miró en el espejo.
Seguía ahí. Sin loba. Pero con deseo.
Y eso era peor.
🌑 🌊 🐾
Florencio despertó con la cama vacía.
El primer pensamiento fue miedo.
El segundo, rabia.
El tercero, deseo.
Se puso de pie. Desnudo. Sintiéndose más humano que n