CAPÍTULO 22: AQUÍ NO PASA NADA
Eden
—Bueno, querido hermano, si tanto te preocupa lo que hago, ¿por qué no te sirves otro trago y te relajas? —Nikolai sonríe con suficiencia antes de volver su atención a mí—. ¿Tú qué dices, Eden? ¿No le vendría bien un poco de diversión?
Mi mano se aprieta alrededor de la bandeja, deseando usarla como un arma letal. Pero antes de que pueda responder, Dmitry se adelanta.
—No la metas en tus juegos, Nikolai.
Su voz es más baja esta vez, una advertencia pura.
Y ahí está de nuevo esa tensión extraña entre ellos. Como si hubiera algo más debajo de la superficie, algo que yo no alcanzo a comprender del todo.
Nikolai lo observa por un instante y, para mi sorpresa, su sonrisa se ensancha.
—Oh, hermano… Ya veo lo que pasa aquí.
La forma en que lo dice, con un tono burlón, me da la sensación de que ha entendido algo que yo no.
Dmitry no responde. Solo bebe de su vaso y aparta la mirada, como si ignorar a Nikolai fuera su respuesta. Pero hay algo en su mandíbula