Elizabeth Mills perdió a su madre cuando solo era una niña, el hombre que lo hizo no descansaría hasta terminar con la familia Mills, en venganza hacia su padre Thomas (quien es el director de la policía). Pero eso solo era una parte del problema para Elizabeth, ya que, llegaría a su vida Harry Styles, asignado por su padre para protegerla. Enamorarse de él no era posible, tendría que luchar en contra de sus sentimientos debido a su "maldición" como ella lo llamaba, ella no permitiría cargar con más fantasmas, su conciencia no soportaría una muerte más, y mucho menos la de el hombre que ama.
Leer másAsomo la cabeza por la puerta de su oficina y ahí lo encuentro, Thomas Mills está sentado leyendo reportes policíacos, como la mayoría de su tiempo. Es decir, entre reportes policíacos y la persecución para atrapar a los malos esas son las consecuencias de ser el director de la policía. No tiene mucho tiempo para su familia... o lo que queda de ella.
—Ey— digo para mi padre entrando a su oficina, su mirada se desvía hacia mi y una sonrisa aparece en las comisuras de sus labios —¿Cómo te fue hoy padre?— pregunto devolviendo la sonrisa.
—Elizabeth, hija, ya estás aquí— se levanta de su asiento y me palmea la espalda a manera de saludo mientras yo ruedo los ojos, sabe que detesto que me llame por mi nombre— algo ajetreado, estamos pisandole los talones a varios tipos pesados— agrega para responder a mi pregunta.
—Padre— hablo tratando de mantener mi coraje a raya— sabes que no me gusta que me llames así. Dime Liza, sólo Liza.
—Claro. Oye, esta tarde vendrán hombres para la entrevista— dice ojeando los reportes y mandando al carajo mi petición.
—Padre, no es necesario y lo sabes, yo estaré bien, nunca salgo, no necesito un guardaespaldas— un deje de fastidio tiñe mi voz.
—Elizabeth, esto no es un juego, no está a discusión, tendrás un guardaespaldas— espera un momento para continuar— Así tendrás la oportunidad de salir más, tienes veinte años hija y no tienes amigas, no tienes novio, tú no llevas una vida normal.
—Ya hablamos sobre esto, no puedo tener una vida normal, no necesito amigas y ¡Dios! ¡Cualquier padre estaría contento con el hecho de que su hija no tenga un novio!— mi padre fija su mirada en mi— no es posible, que yo tenga una vida normal padre, ni amigas y mucho menos un novio— mi voz se tiñe de melancolía al darme cuenta que en mis veinte años que tengo de vida jamás he besado a algún chico y quizá jamás lo haga.
—Buscarás la manera Elizabeth, sé que lo harás. Tienes que hacerlo, sabes que a diario estoy en peligro y no sé cuánto más pueda estar contigo— un nudo se instala en mi garganta al escuchar las palabras de mi padre —no quiero dejarte sola— puedo ver antes de que él baje la mirada como sus ojos se mojan <<tal vez está recordando a mi madre>>. Con la muerte de mi madre y si le llegara a pasar algo a él, me quedaría sola.
Trago duro para tratar de hablar sin dificultad —no te pasará nada. No estaré en las entrevistas, puedes elegir al que te parezca mejor— digo con un encogimiento de hombros restandole importancia al asunto —ahora si me disculpas debo estudiar para los exámenes.
Sin más que decir salgo de su oficina y me dirijo a mi habitación. Es increíble que ya hayan pasado diez años desde la muerte de mi madre y mi padre y yo seguimos tan afectados como si hubiese sido ayer y a pesar de que yo tan solo era una niña de diez años, lo recuerdo perfectamente, cada detalle.
Mi padre está más ausente que nunca, se le ve cansado aunque quiera aparentar estar bien y aunque no lo dice sé que se siente culpable, sé que no puede vivir consigo mismo sin antes reprocharse por lo sucedido, lo veo en sus ojos, es muy evidente.
—¿Señorita Mills?— la voz de Eve la señora que se encarga de hacer la comida para nosotros me saca de mi ensimismamiento, haciendo que pare de golpe a mitad de las escaleras que llevan al segundo piso donde se encuentra mi habitación.
—Eve, estas en esta casa desde que tengo memoria, deja de llamarme señorita. Dime Liza— la señora se ruboriza un poco pero asiente con la cabeza.
—De acuerdo, Liza, ¿quieres que te prepare algo para comer?— habla con un deje de esperanza.
Hago un encogimiento de hombros antes de hablar —si, claro. ¿que harás?— sonríe con triunfo mientras que yo bajo las escaleras encaminadas y me dirijo a la cocina con ella a mi lado.
☆
Cuando termino de comer las flautas que Eve preparó para mi, le agradezco, estoy a punto de levantarme del banco en el que me encuentro sentada frente a la barra, cuando la señora de cabello entrecano comienza a hablar.
—Señorita Mills— niega frenéticamente con la cabeza —perdón, Liza. Estoy preocupada por tu padre, mira sé que son asuntos que no deberían ser de mi incumbencia, pero como dijiste he estado en esta familia desde que tienes memoria, incluso más tiempo— su voz se quiebra ligeramente —les he tomado mucho cariño a los tres, y a pesar de que tu madre no me dejo cargarte demasiado, debido a tu condición, aunque no puedo darte un abrazo en los momentos malos en los que necesitas a alguien, ahora que tu madre no está con nosotros— se detiene un momento para tragar duro —quiero se sepas que estoy aquí para ustedes— sacude la cabeza, dándose cuenta de que le está dando muchas vueltas al asunto— Al punto al que voy es que tu padre no ha estado comiendo muy bien, apenas y prueba bocado, he tratado de convencerlo pero es muy testarudo y bueno yo...
Deja las palabras en el aire —hablaré con él— Eve sonríe satisfecha y asiente con la cabeza —ahora debo irme, no tardan en llegar los hombres a los que entrevistará mi padre y no quiero estar aquí para cuando eso suceda.
—Lo hace por que se preocupa por ti— dice poniendo una de sus manos sobre mi hombro que esta cubierto por mi suéter —lo sabes ¿verdad?.
—Lo sé— le dedico una sonrisa cargada de agradecimiento —gracias Eve, por todo— asiente con la cabeza y me devuelve el gesto.
Subo a mi habitación para estudiar, tengo exámenes en la universidad. A veces me encuentro pensando en mi madre, si aún estuviera viva ¿estaría orgullosa de mi? ¿estaría de acuerdo conmigo en seguir la carrera que lleva mi padre? Tuve un verdadero dilema en elegir la carrera que quería estudiar, no sabía que parte era más fuerte si la que odiaba esa carrera porque por culpa de uno de esa infinidad de matones murió mi madre y preferiría olvidar todo ese asunto y no acercarme más a lo que tuviera que ver con eso o la que deseaba hacer pagar no sólo al que mató a mi madre, si no a todas las escorias que han hecho de las suyas y andan por ahí como si nada hubiera pasado, sin haberles dado justicia a sus víctimas y los familiares de éstas.
Al final ganó mi lado justiciero, ese lado que desea limpiar al mundo de las personas enfermas, de los psicópatas que sienten placer al hacerles daño a otros.
☆
Llevo más de dos horas estudiando cuando un golpeteo a mi puerta me distrae —¿hija? Las entrevistas terminaron, sal para presentarte— habla mi padre desde el otro lado de la puerta.
Ruedo mis ojos al cielo y un suspiro cansino me abandona —voy en un minuto— me apresuro a ponerme los guantes que siempre uso (excepto en mi habitación) para evitar tener contacto físico con el resto de las personas.
Llego a la puerta, giro la perilla y cuando abro la puerta mi cuerpo se siente entumecido, mis manos comienzan a sudar y pierdo la noción del tiempo y el espacio. Sólo está él justo ahí frente a mi con su mirada clavada en la mía.
Después de explicarle a Tamy que Jason había ido por Harry al hospital porque no quería hacer esto sin su mejor amigo su enojo disminuyó considerablemente, aunque dijo y cito, "yo y él hablaremos después". La ceremonia concluyó sin ningún otro contratiempo, aunque en algún momento de la noche el doctor Stwart (el médico de Harry) llamó preguntando si él estaba aquí. Jason sacó a Styles sin permiso del doctor y se llevó un buen regaño por parte de todos, pero Harry abogó por él cuando dijo que él mismo lo había sugerido, de echo el plan lo habían elaborado días antes es de la boda, después de suplicarle al doctor mi chico de ojos verdes consiguió un permiso solo por esta noche, ahora todos nos encontramos disfrutando de la fiesta.—¿Ya te dije lo hermosa que te ves?— Styles grita sobre la música en mi oído.Una sonrisa boba se desliza en mis labios.—Si, pero me encanta escucharte decirlo— grito de vuelta.El día en
Los recuerdos invaden mi mente sin poder evitarlo, el chico de ojos verdes llena mis pensamientos, a pesar de que trato de enfocarme en mi mejor amiga quien habla para mí, no se exactamente que es lo que dice, ya que no soy capaz de prestarle atención en lo absoluto, observo la alfombra de su habitación antes de cerrar mis ojos con fuerza, mientras cierro entre mis puños la tela del vestido que llevo puesto, sacudo la cabeza tratando de alejar la imagen de Harry de mi mente, y tratar de enfocarme en Tamy, ella se merece toda mi atención ahora, sobre todo este día, sobre todo después de estos meses que tuvo que retrasar la fiesta de su boda debido a lo ocurrido con Harry.—¿Liza?— su voz (casi en un grito) llena mi audición, así que mi atención se fija en ella— ¿Escuchaste algo de lo que te dije?—Lo siento— la sonrisa de disculpa que esbozo la hace resoplar antes de avanzar hasta su cama (dónde me encuentro sentada) y sentarse a mi lado— en verdad l
—No me iré sin ti Harry— la determinación con la que hablo me sorprende a mi misma —así que haz lo que tengas que hacer para irnos de aquí—.—No puedo arriesgarte— sacude su cabeza en una negativa —Evan y "el Cori" aún están allá adentro. Ya de por sí van a matarme los chicos cuando te vean en estas condiciones—.—¿Cómo convenciste a Matt de esto?& mi ceño se frunce ligeramente. El gesto arrepentido y tortuoso que me dedica me hace sonreír —no lo sabe— no es una pregunta la que hago si no una afirmación.—Jamás habría aceptado— el tono de culpa que utiliza al hablar me hace saber lo arrepentido que está.Harry abre su boca para hablar, pero lo piensa mejor y la cierra para rodar sus ojos al cielo, sabiendo perfectamente que no habrá manera de convencerme de irme sin él. Así que toma mi mano para guiarnos nuevamente al interior del granero, se acerca hasta su padre, saca su arma y apunta el cañón hacia Robbie qui
La voz de Robbie Stewart llena mis oídos y la sangre se agolpa en mis pies. Por un instante creí que saldríamos de aquí, que todo esto habría valido la pena porque el plan de Harry funcionaría, y volveríamos a casa, en una semana Tamy y yo estaríamos atareadas con los preparativos de su boda, Styles y yo iríamos a buscar su traje y mi vestido, vería a mi mejor amigo graduarse y vería a Jason tan nervioso en el altar que tendría que ir a tranquilizarlo.—De verdad creí que estabas aquí porque querías que nuestra relación funcionara hijo— una risa sin humor retumba en el pecho de Styles antes de que, de un movimiento rápido desenfunde su arma— fue una buena jugada esa de herir a Evan y "al cori" sacaste a dos del combate.Me toma unos segundos darme cuenta de que el hombre calvo es ese que le llamó "el cori".—Tu y yo jamás tuvimos una relación Robbie— Styles apunta su arma contra su padre— y de haber querido matar a esos hijos
El miedo atenaza mis entrañas, y no hago más que negar con la cabeza, sin embargo mi opinión parece importarles una mierda.—Ya entiendo porque Harry está tan obsesionado contigo— Evan sostiene mi barbilla obligándome a mirarlo— es inevitable no pensar en estar dentro de tí.Forcejeo, a pesar del dolor en mi hombro y a pesar de la debilidad de mi cuerpo, forcejeo. Entonces el hombre calvo suelta una bofetada en mi dirección, haciendo que mi labio inferior sangre, ambos hombres sonríen con satisfacción, antes de que Evan cierre en sus puños la camisa que llevo puesta, rasgando la parte de enfrente, dejándome en puro sostén, la lujuria en sus ojos me hace rogarle a Dios que esto no suceda, que haga algo por mí y sin poder evitarlo las lágrimas me abandonan. No puedo gritar debido a la mordaza, así que intento hablar con ellos, pero es inútil, ni siquiera me prestan atención, el hombre calvo se acerca intentando tocarme pero me muevo bruscamente, enton
—Cumplí con mi parte— Styles habla para Robbie— es tu turno.Robbie hace un gesto de cabeza a sus escoltas y estos se apartan, yo no dejo de llorar y sollozar, no puedo dejar de maldecir mentalmente, de insultarme hasta el cansancio por ser tan ingenua.—Mi hijo ahora tiene mi completa confianza— grita para que todos sean capaz de escucharlo— gracias a él podré controlar a todas las pandillas de la cuidad, podré saber sus puntos débiles y sus secretos— clava su mirada en mí antes de sonreír.—¿Porque lo hiciste?— la estancia se queda en silencio cuando las palabras abandonan mi boca— me mentiste— afirmo— ¿Porqué?— las miradas se clavan en Harry, pero él gira su cabeza en dirección contraria a dónde yo me encuentro— ¡MÍR
Último capítulo