El ascensor llegó al piso treinta y cuatro justo un minuto antes de que comenzara la jornada laboral. Alanna caminó entre los cubículos con paso elegante, saludando con una leve inclinación de cabeza a quienes se cruzaban con ella. Llevaba un traje beige de corte clásico, sin estridencias, sin pretensiones. Su cabello recogido con pulcritud. Ni una joya llamativa. Ni un gesto de vanidad.
Era invisible para quienes no sabían mirar.
Pero quienes sabían… no podían apartar los ojos de ella.
En cuanto pisó su oficina, encontró el correo electrónico de cada lunes: un informe de imagen corporativa firmado por tres directores de área, un listado de citas para la semana… y un mensaje redactado por Allison, titulado en mayúsculas: “REVISIÓN URGENTE DE DISCURSO – FORO INTERNACIONAL.”
Alanna respiró hondo antes de abrirlo.
El cuerpo del mensaje decía:
“Adjunto el borrador que quiero presentar en nombre de la empresa para el evento de Zurich. No modifiques el enfoque, ya está aprobado por el comit