Mundo ficciónIniciar sesiónAntonio
No entendía qué demonios me pasaba.
Cada vez que estaba cerca de Laura, algo dentro de mí perdía el equilibrio.
No era deseo solamente —o al menos eso quería creer—, sino algo más profundo y molesto.
Su cercanía alteraba mis sentidos, me confundía la razón.
El contacto de su piel aún ardía en mis manos.
Ella no debía afectarme así.
Era mi clienta, nada más.
La mujer que debía proteger hasta consumar mi venganza contra esa maldita familia.
Sin embargo, bastó un roce, un suspiro compartido y esa visión de sus labios rosados entreabiertos para que todo se desmoronara.
Ni siquiera supe cómo, pero mis dedos fueron a parar a su mejilla y el pulgar rozó el borde de su labio inferior.
No vi miedo en su mirad







