Mundo ficciónIniciar sesiónLaura
La puerta del departamento se abrió de repente mientras Gabriel permanecía pegado a mi pecho. Apenas volteé sonriente para saludar a Antonio, pero él respondió con una sequedad tan cortante que me recordó la noche en que lo conocí.
—Buenas tardes, señora Martínez —dijo sin mirarme y siguió de largo hacia la habitación.
El golpe seco de la puerta me sobresaltó. No entendí por qué otra vez se comportaba así. Creí que habíamos superado esa etapa; incluso llegó de sorpresa cargado con cosas para Gabriel, y ahora apenas me dirigía dos palabras.
Suspiré, recordando aquella conversación que probablemente no debí escuchar. ¿Acaso Andrea tenía razón y el doctor Guzmán empezaba a tener sentimientos hacia mí? ¿Era es







