26.
Todo el consejo de guerra estaba reunido en el mismo lugar, debatiendo sobre lo mismo. Yo, sinceramente, ya estaba comenzando a sentirme aburrido. Estábamos dando vueltas sin sentido una y otra vez sin llegar a una conclusión completa.
— Ya se los dije — dijo uno de los ancianos, quien siempre había sido el más sabio compañero del antiguo Alfa y que, en el poco tiempo que yo llevaba liderando la manada, había sido un gran consejero para mí — . No podemos atacar Flagela. No sabemos cómo ocultarnos en la Tormenta Eterna ni cómo guiarnos hacia la ciudad. Incluso si logramos encontrarla, ¿cómo vamos a atacar? El Domo que separa la ciudad de la tormenta es prácticamente impenetrable. No existe una forma en que podamos entrar por ella sin que nos vean.
— Tal vez sí — dijo otro de los ancianos — . Enviar un grupo de élite de este viaje: los mejores de los mejores, incluyendo a nuestro Alfa Mael. Ellos se infiltrarán en Flagela y podrán acabar con la vida de la traidora.
Yo permanecía ahí s