213.
—¿Estás segura de eso? —preguntó Estefanía—. Mordor es muy fuerte, pero tú dijiste que podías vencerlo. Sabes que puedes hacerlo.
La muchacha se encogió de hombros. Los demás solamente veían sus señas, no sabían la conversación que teníamos allá en la grieta.
—Lo tomaste distraído. No creo que vuelva a suceder. Ya sabe muy bien el poder que tienes y a lo que él se enfrenta.
—Lo sé —le dije, caminando hacia él y tomándola de las manos—. Sé que es peligroso, sé que tal vez muera, pero es algo que tengo que hacer.
—Y es algo que no harás sola —dijo Lilith, dando un paso al frente—. Como yo se lo prometí, pelearé con ella. Voy a pelear contigo contra esa maldita criatura, ¿entiendes? Vamos a hacerlo juntas.
Yo me volví hacia los alfas, Valentín e Ismael, ahí de pie, uno al lado del otro. Llegué con ellos, estiré mis manos y ambos las tomaron.
—Confío en ustedes. Tienen que proteger a las manadas. Los que están en las celdas estarán a salvo por ahora, pero cuando Mordor despliegue sus vamp