73. Pov Niki
El sol se filtraba por las cortinas, suave y cálido, cuando abrí los ojos.
Por primera vez en mucho tiempo, no me dolía despertar.
El silencio de la casa me resultó extraño, casi sospechoso.
Me incorporé, busqué a Dan a mi lado, pero el lugar estaba vacío.
Por un segundo pensé que llegaba tarde al trabajo, pero el olor a café recién hecho que llegaba desde abajo me terminó de despabilar recordándome que era sábado.
Me puse una bata y bajé las escaleras descalza, el corazón latiéndome con una mezcla absurda de curiosidad y ternura.
Lo encontré en la cocina.
Estaba de espaldas, con una camiseta negra que se le pegaba a la espalda y el cabello revuelto, inclinándose sobre la mesada mientras preparaba algo.
Sobre la mesa había una canasta con frutas, sandwiches envueltos en papel, una botella de jugo natural, y un pequeño mantel doblado con precisión casi militar.
—¿Qué estás haciendo? —pregunté, sonriendo apenas.
Se giró, y su sonrisa fue suficiente para iluminar toda la habitación