70. Pov Niki
Cuando llegué a casa, el atardecer teñía todo de un tono dorado que no lograba calmarme.
Apenas crucé la puerta, sentí el olor a comida recién hecha y supe que Dan estaba en la cocina.
El corazón me latía demasiado fuerte para un día que, en teoría, había sido “normal”.
Smith me había dejado en la puerta, como si nada, con ese gesto impenetrable suyo que pretendía tranquilidad. Pero yo no podía dejar de pensar en la imagen del paquete abierto, en la sangre seca, en esa nota doblada con precisión quirúrgica.
"Esto aún no terminó."
El eco de esas palabras me seguía a todos lados.
—¿Cómo te fue? —preguntó Dan apenas me vio. Tenía las mangas arremangadas y el delantal manchado de harina.
—Bien —mentí. Dejé el bolso sobre la silla y me pasé una mano por el cabello—. Peterson estuvo insoportable, pero… lo habitual.
Él asintió, sin mirarme del todo.
Había algo diferente en su tono. Más pausado, más medido. Como si estuviera conteniendo algo.
Anne dormía en el moisés, junto a la mesa. Te