Capítulo 11. La Primera Prueba
Maya se despertó con los rayos del sol filtrándose por las amplias ventanas de su suite. La determinación de la noche anterior seguía ahí, como un fuego ardiendo en su estómago. Hoy era el día: Elena llegaría.
Bajó a la inmensa cocina y se sintió fuera de lugar en aquel reluciente espacio. Un chef silencioso le sirvió un café y un desayuno exquisito. Elliot ya estaba allí, sentado en una isla de mármol, revisando algo en su tableta. Su presencia era tan imponente como siempre, incluso a primera hora de la mañana.
—Buenos días, casi esposa —dijo Elliot sin levantar la vista, con su voz teñida de sarcasmo. —¿Lista para el gran debut familiar?
Maya apretó la mandíbula y arqueó una ceja.
—Buenos días. ¿A qué hora llega mi abuela?
—Tu abuela, nuestra abuela —corrigió con una sonrisa que hizo que Maya quisiera lanzarle un croissant. —Tu abuela, nuestra abuela —repitió con una sonrisa que hizo que Maya quisiera lanzarle un croissant. —Llega al mediodía. He organizado todo para que esté cómod