Capítulo 6. Un Viaje Inesperado.
Mientras Maya se preparaba para salir con el bolso ya en el hombro, la figura de Elliot Vance se le acercó de forma inesperada. El hombre, que en tres años de relación laboral apenas le había dirigido la palabra más allá de un «esa sosa», la detuvo en el pasillo.La cercanía de Elliot era tan extraña que a Maya le recorrió un hormigueo eléctrico por la piel, una mezcla de incomodidad y curiosidad que no se atrevía a reconocer.—Maya, espera —dijo Elliot, su voz, aunque inusualmente suave, no dejaba lugar a dudas—. Te puedo llevar al hospital.Maya lo miró, asombrada, con el rostro agotado. ¿Elliot Vance, el egocéntrico actor, ofreciéndole un aventón? Aquello era insólito.—No hace falta, señor —respondió con rapidez, casi de forma refleja, con la cortesía automatizada—, no es mi intención incomodarlo. Mañana, a la hora prevista, estaré aquí para comenzar con la grabación.Pero Elliot no la escuchó. Sus ojos, antes llenos de furia por la traición de su padre, se ensancharon con una ide
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