Pese a que habían pasado varios minutos desde que él entró en la tienda de Alina, el aire aún estaba tenso, su presencia imponente hizo que todo a su alrededor se detuviera. Alina, intentó fingir indiferencia, seguir acomodando algunos de los artículos en una estantería, y mientras él le hablaba estaba desbordada de emociones, sintió cómo el tiempo se detuvo en el mismo momento en que lo vio. Su corazón dio un vuelco, y el miedo la invadió al instante, pero también la curiosidad, la incertidumbre, cierta felicidad que rechazaba y el caos de tantas emociones reprimidas.
No sabía si gritar, huir o abrazarlo. La mezcla de ira, tristeza, y amor se entrelazaba en su pecho de una manera que la dejaba sin palabras. La última vez que lo vio, pensó que era el final de todo. Pero ahora, frente a ella, allí estaba él, tan presente, tan real, como si nunca se hubiera ido.
Viktor había guardado silencio, la miraba fijamente, sin mover un músculo. Su mirada era profunda, casi como si tratara de ent