"Correccional"
Traen el desayuno a la habitación y con la bandeja para dos me voy acercando al sommier king.
Mi pelo aún sigue mojado, mis pies descalzos avanzan en sigilo por la suite y mi desnudez se desfila por cada rincón del dormitorio cuyo umbral acabo de cruzar.
El Diablo duerme boca abajo completamente explayado en la cama y la sábana cubre apenas su glúteo y parte del muslo.
En definitiva, la cincelada anatomía de este hombre es un matiz perfecto entre tonos dorados y telas blancas.
Apoyo la bandeja en el borde y voy hacia él con una sutileza imperceptible.
Su rostro ladeado, relajado y contenido por la almohada es lo primero que beso.
Anoche no quería sexo, hoy me urge.
Planto caricias por su nuca y lamo su tatuaje de brújula ubicado en las primeras vértebras, continuando el reguero espalda abajo sin dejar tramo de piel libre de mis labios.
Judas empieza a moverse y gruñe en medio de la somnolencia cuando hinco el diente en su glúteo grande, duro y redondo.
—¿Estás... Con ha