Minutos después, Isabella Marchetti apareció.
Vestida con un traje elegante, con la misma seguridad que siempre había tenido. Se sentó sin pedir permiso, cruzó las piernas y miró a Luca con una ligera sonrisa.
—No me habías dicho que este sería un evento social.
—Quería que fuera una sorpresa.
—Bien. Entonces sorpréndeme.
Luca tomó aire y comenzó.
—Vittoria no es solo un club de fútbol. Es una marca que está esperando ser reconstruida. Tiene historia, tiene identidad y tiene una afición que está hambrienta de algo real.
Hizo una pausa, observando sus reacciones.
—Lo que les propongo es simple: invertir en el renacimiento de un club que tiene potencial para regresar a la élite. Con la estrategia correcta, podemos convertir a Vittoria en un equipo sostenible, competitivo y rentable.
Federico Arzani fue el primero en hablar.
—Suena bien en papel, pero ¿cuál es el plan realista para hacer esto rentable?
Luca asintió.
—Primero, reconstrucción deportiva. Estamos analizando fichajes estratég