capítulo 23 — Desconfianza.
Adrián caminaba por el pasillo largo que conducía a su despacho con el ceño fruncido, repasando mentalmente las palabras de Emili durante la reunión. No se le quitaba de la cabeza la sospecha que ella había planteado, ni la firmeza con la que lo había defendido ante los demás. Encendió la lámpara de su escritorio, tomó el teléfono satelital y marcó el número de contacto que había recibido esa mañana.
El tono sonó tres veces antes de que una voz grave contestara.
—Habla Darius —dijo con un dejo de arrogancia, como si esperara que lo reconocieran sin presentación.
Adrián sostuvo el auricular con firmeza.
—Soy Adrián, alfa de la manada del sur. Recibí tu mensaje esta mañana.
Hubo un silencio breve al otro lado, seguido de una risita seca.
—Así que finalmente respondes. Esperaba que lo hicieras antes. Supuse que comprenderías rápido que una manada de tu rango solo tiene que ganar si se une bajo mi mando.
La mandíbula de Adrián se tensó.
—No respondí antes porque no tomo de