TERRENO PELIGROSO.
PARTE DOS
Hasta que ingresa con unas carpetas, las que debemos revisar, y en eso estamos hasta que ingresa una llamada desde recepción preguntando por mí, Isa.
Como yo contesto desde mi privado, me informan que alguien dejó un ramo de rosas rojas y un almuerzo, para bella.
Ella solo me mira mientras solo respondo que lo tiren, ella no sabe a qué me refiero y así debe quedarse.
Me levanto y con palabras amables le pido que tome sus cosas, que iremos a un almuerzo de negocios, el cual claramente no existe y me lo inventé justo en ese momento.
La llevo a un lugar a las afueras de la ciudad, tranquila y sin miradas curiosas, la quiero tener por unas horas para mí.
Ella mira la hora después de los primeros cinco minutos de nuestra llegada y a los siguientes la sorprendo mirando su reloj nuevamente a la espera de a ver si llega nuestro cliente, no aguanto y le digo la verdad.
—Perdón, bella, pero no hay reunión ni nada, solo quería salir de la oficina, tomar aire, pero c