Capítulo 41.
POV – Camila
Abrí los ojos despacio, todavía con la sensación del frío del gel del ultrasonido pegado en la piel. Por un segundo pensé que todo había sido un sueño: la caída, el mareo, el veneno, las palabras del médico. Pero ahí estaba, el pitido constante de la máquina y, al lado de la cama, Carlos dormido en la butaca como si lo hubieran arrojado ahí. La chaqueta arrugada, la cabeza inclinada hacia un lado, la mano todavía agarrada a la mía como si en la noche hubiera temido que desapareciera.
No quise despertarlo, pero mis dedos se movieron solos. Lo sentí tensarse, abrir los ojos, y de inmediato estaba de pie, con esa mezcla de ansiedad y ternura que no le conocía.
—¿Cómo te sientes? —preguntó, inclinándose para besarme la frente.
—Cansada —susurré—. Y con la boca seca.
Me ayudó a incorporarme, acomodando la almohada detrás de mi espalda como si yo fuera de cristal. Después me alcanzó un vaso con agua y sostuvo mi mano hasta que terminé de beber. No dijo nada mientras tanto, solo