Capítulo 31.
POV - Camila
El Palacio en campaña era un enjambre. Voces cruzadas, celulares pegados a los oídos, papeles esparcidos como si fueran hojas muertas en otoño. Nadie dormía. Nadie respiraba sin permiso. Yo aprendí a moverme entre ese caos como quien cruza un campo de batalla: escuchando, mirando, esperando, nunca pensé que ser elegido como presidente fuera una lucha tan agotadora.
Pero ese día el silencio en el pasillo oeste llamó mi atención. Era extraño. El despacho de Carlos estaba cerrado, cuando debería estar abierto a la tormenta de asesores y reporteros.
No pensé. Empujé la puerta.
Adentro, la escena me golpeó en la cara como un puño. Claudia estaba de pie, demasiado cerca de Carlos. Ambos miraban fotos en la pantalla grande, imágenes de la campaña, pero sus cuerpos hablaban otro idioma. Él inclinado, ella con la mano sobre el respaldo de la silla. La distancia entre ellos era un insulto.
Los dos se sobresaltaron al verme. Como si los hubiera encontrado con las manos en la masa.
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