CAPÍTULO 110 — EL DESPERTAR DE ANA.
Ana abrió los ojos al amanecer, la luz pálida colándose por la ventana rota de la cabaña. Su cuerpo seguía débil, los huesos sobresaliendo bajo la piel, pero el dolor agudo del veneno había desaparecido. Su mente, antes nublada por fiebre y pesadillas, estaba ahora clara, afilada. Las mantas ásperas estaban arrugadas a su alrededor, empapadas de sudor seco.
Aron, su ex prometido, estaba sentado en un taburete de madera, afilando una daga con una piedra, el sonido rítmico llenando el silencio. La miró, sus ojos marrones cargados de alivio y culpa. "Estás despierta", dijo, dejando la daga. Ana asintió, la voz rasposa. "¿Cuánto tiempo?" Aron se acercó, arrodillándose junto a la cama. "Tres días desde la fiebre. Pensé que no lo lograrías." Ella tocó su brazo, sintiendo los músculos tensos bajo la tela gastada. "¿Qué pasó mientras dormía?"
Aron respiró hondo, el rostro endurecido por las noticias. "Zafir está en caos. Eros lanzó un ataque masivo contra Lumeria. Aldeas enteras ardieron: cas