08. PRUEBA DE COMPATIBILIDAD
ISABELLA
Antes de que miraran hacia arriba me arrojé al suelo de golpe, escondiéndome.
Abajo ya se escuchaban las exclamaciones buscando crucificar al perpetrador.
Mis ojos, en pánico, dieron con el culpable de mi desliz y casi tuve el impulso de arrojarme también por la ventana.
—Se… señor… —tartamudeé, mirando a la ceja alzada de ese lycan rubio que me gritaba desde las gradas durante la competición.
Sus ojos vivarachos me observaban con burlas.
—O te gusta mucho Aurelius o buscas una muerte prematura —me dijo, acuclillándose para estar a más o menos a mi altura.
Era enorme como todos los lycans.
Pero su musculatura parecía más estilizada bajo la cazadora de cuero y su sonrisa lo hacía menos intimidante que los demás.
—Yo no quería… no sabía que alguien saldría por el camino… me asusté…
—¿Ahora es mi culpa entonces?
¡Siiií!
—Nooo, no, claro que no… —le respondí lo contrario a lo que pensaba, mi mirada ansiosa se fijaba en la puerta.
Thera me avisaba que se escuchaba a alguien correr