Cap. 8 Como qué, ¿a ver? Cuéntame
Mientras tanto, Celeste cerraba su maleta con un golpe seco. Si Lucius estaba en esa casa con Alba, ella no se quedaría al margen. Claro que no. Tenía que estar ahí, tenía que separarlos de una vez por todas. Y esta vez, estaba dispuesta a ensuciarse las manos personalmente para deshacerse de Alba, si era necesario.
Sin embargo, lo que no contaba era con un testigo clave de su pasado. Sara Jiménez.
Sara había sido la nana de las hermanas desde que eran unas bebés. Recientemente, y por una ironía del destino, había entrado a trabajar como encargada de la mansión donde se desarrollaba el drama: "La Tormenta", la villa privada de Lucius.
Su deber era quedarse y vigilar lo que ocurría, y nadie mejor que ella para entender la verdadera naturaleza de los personajes.
Sara recordaba con amargura haberle advertido a los padres de Alba y Celeste sobre la "pequeña alimaña" en la que se estaba convirtiendo la menor.
En su momento, no le hicieron caso, defendiendo a su hija en incontables ocasio