El Duelo Silencioso
La cena había comenzado. El lugar estaba cubierto de cortinas rojas, pesadas y suntuosas, que daban al comedor un aire de opulencia. Las paredes, adornadas con decoraciones brillantes, reflejan la luz de los candelabros, creando un aura de esplendor. Amaris se sentó en la silla a la derecha de Sir Kael Valerius, y con una pequeña señal, entendí que debía sentarme a su lado, en el lugar asignado para mi rango.
__Quiero que estés listo para sacarme de aquí__ susurró Amaris, mientras se acomodaba en aquella silla ricamente tallada. Su mirada era fría, casi gélida, como si con aquel acto pudiera desaparecer de donde estaba. Aunque ambos sabíamos que no sería así. La farsa de la diplomacia debía continuar.
__Su Alteza Real__dijo Sir Kael, mientras se sentaba en la cabecera de la mesa. Su mirada, llena de un descaro apenas velado, la analizaba, evaluando cada uno de sus movimientos con una intensidad que me hizo apretar la mandíbula.
Por debajo de la mesa, choqué mi pie