Luciana cruzó las puertas de vidrio de Sterling Industries con tres minutos de retraso, sus labios todavía hormigueando traicioneramente del beso de Stefan, su mente gritándole que se enfocara en la batalla que estaba a punto de librar. El lobby estaba inusualmente silencioso—empleados evitando contacto visual, susurros cesando abruptamente cuando pasaba.
Sabían. Todos sabían que esta reunión determinaría si mantenían sus trabajos.
Margaret la interceptó en el ascensor, su expresión tensa revelando malas noticias antes de que abriera la boca.
—Señorita Sterling, su tío llegó hace veinte minutos. Ha estado hablando con los miembros del consejo individualmente. Henderson, Williams, Lee... todos han salido de esas conversaciones luciendo preocupados.
Luciana apretó su portafolio hasta que sus nudillos se pusieron blancos.
—¿Qué más?
—Jonathan Blackwell sigue esperando en el lobby. Y Carlos trajo sus propios documentos—propuestas formales para venta de Sterling Maritime.
El ascensor subió