El sol se estaba poniendo cuando llego a la ciudad, a la casa de pastel. Estaba ya lleno de clientes, al parecer el negocio seguia llendo viento en popa. Se detuvo un momento a contemplar el paisaje, la casa donde Constanza habia vivido todo este tiempo, donde habia creado un imperio, donde habia obtenido fama e inmunidad. Francisco no estaba seguro de poder ofrecerle mas de lo que ya poseia. Despues de todo el solo tenia una vieja villa con arboles de limon y arbustos de moras.
En se momento penso a aquella vez. Sus ojos cerrados mientras sentia el viento en su rostro y el olor a citrico que golpeaba sus cabellos. Sus labios enrojecidos como si hubiera comido unas fresas.Tal vez a ella le gustaba esa vieja villa, tal vez ella lo amaba. Y si era asi, tal vez aceptaria.
-SEÑOR- grito Lucia abriendo los brazos como si lo fuera a abrazar, pero solo hizo una reverencia.
Se recordaba la ultima vez. El era un invitado especial de Madame Maidalkini. Pero...esa noche ella estaba con El