Despuès de desayunar Olimpia, Margherita y Constanza recorrieron el mercado de telas màs famoso de la ciudad.
Olimpia compró una tela de lino, su favorita para el verano, en color beige claro, quería que su costurera le hiciera un vestido con él, aunque por eso tuvieron que hacer que el joven ayudante del comerciante las acompañara a su casa con los kilos de tela, porque obviamente compró también la misma cantidad de tela de lino en verde parstel para un vestido para Constanza y la misma cantidad de lino en blanco para la intitutriz que así le enseñaría a Constanza a hacer algo útil de una tela.
- Esta cinta dorada se vería tan bien con tu vestido- exclamó Marguerita mientras ataba la cinta al rededor de la cintura de Constanza.
- Si, definitivamente es perfecta- dijo Olimpia, Constanza trataba de disimular que también le gustaba y sonrió.
- Son dos monedas de plata- dijo el vendedor.
- Dos monedas, claro- Margherita extendió la mano, ese era su regalo para Constanza, ese q