CAPÍTULO 95: LA VIDA QUE CALLARON
Maddison
Al día siguiente vuelvo al despacho de Jonathan con el estómago hecho un nudo. No he dormido, apenas he comido, y aún siento las palabras del investigador repitiéndose en mi cabeza: “creo que encontramos algo.” No quiso dar detalles por teléfono, solo me pidió que fuera cuanto antes. Y aquí estoy, sentada frente a una pantalla, con las manos heladas sobre las piernas, conteniendo la respiración como si eso fuera a prepararme para lo que está por venir.
Jonathan está a mi lado. El investigador conecta un dispositivo a la laptop y abre un archivo sin decir una palabra, la tensión se corta sola cuando el video comienza.
Primero aparece la imagen borrosa de una calle cualquiera, es de noche y de frente se ve un hospital, pero la grabación no es del hospital en sí, sino de una cámara ubicada en la fachada de una tienda justo enfrente. Las luces de los autos cruzan de lado a lado, algunas personas pasan caminando, una pareja discute a lo lejos. Par