CAPÍTULO 94: AQUEL QUE NUNCA DEJÓ DE MIRAR
Maddison
Hace días que no duermo bien, ni como bien, ni respiro del todo. Desde que Derek me echó, desde que me miró con esos ojos que ya no me reconocen, siento que algo dentro de mí se apaga más y más. No hay forma de explicarlo, no hay palabras que lo calmen. No es solo dolor, es un vacío sordo y cruel que me acompaña a todas partes como una sombra.
No lo he buscado de nuevo. No puedo, no después de ver el odio disfrazado de frialdad en su rostro. Sé que no es él, no es realmente él quien me dio la espalda, pero eso no lo hace menos desgarrador. Vanessa y su madre lo tienen atrapado en una mentira tan bien tejida que ya no sé si hay forma de sacarlo de ahí.
Camino sin rumbo por la ciudad intentando distraerme, pero todo me recuerda a él. Las esquinas, los cafés, los rostros parecidos. Entro a una cafetería solo para refugiarme un momento del mundo y ahí me encuentro a Andrew. Está en una mesa junto a la ventana hojeando unos papeles. Me de