CAPÍTULO 107: EL DISFRAZ DE LA SANGRE
Vanessa
Después de lo que pasó con Derek, no puedo quedarme quieta. No después de esa mirada, de esa forma en la que me habló como si ya no importara, como si todo lo que construí no valiera nada. Él cree que puede deshacerse de mí así, con un portazo y un par de frases, cree que porque ahora recuerda, todo lo anterior deja de contar, pero no es tan fácil. Él no lo sabe todo, todavía no y yo no voy a dejar que gane.
Por eso vengo aquí. Porque cuando se trata de ganar, hay una sola persona en este mundo que entiende lo que eso significa: mi padre.
La sala privada del club está vacía cuando llego. Gregory nunca se atrasa. Yo sí, pero no hoy. Hoy soy la primera en llegar porque no me quedan muchas cartas que jugar y necesito que mi padre entienda que todavía puedo sostener esta maldita partida.
Luce impecable cuando entra, como siempre. Traje oscuro, manos limpias y rostro sin expresión. Se sienta frente a mí sin mirarme, sin saludar, como si nos vié