Leonel todavía esperaba en el auto, revisando su teléfono. Eventualmente, se aburrió.

"Esto está tardando una eternidad. ¿Debería entrar?" murmuró Leonel para sí mismo.

Después de pensarlo, decidió seguir a Carmen adentro. Salió del auto y corrió hacia el vestíbulo del hospital. La sala de emergencias estaba repleta—muchas víctimas de accidentes por la tormenta que había azotado la ciudad.

Leonel se abrió paso entre la multitud, buscando a Carmen. De repente, se le ocurrió un pensamiento—¿era inteligente buscar a Carmen frente al Sr. Mendoza? ¿No causaría problemas?

Pero Leonel no era exactamente del tipo cauteloso.

"En realidad, ¿no es eso perfecto? Entonces Carmen y yo no tenemos que ocultar que somos cercanos. Más que amigos, ¿verdad?" pensó Leonel, sonriendo para sí mismo.

"Y por lo menos, el Sr. Mendoza debería saber que la chica que tratan como basura es valiosa para alguien." Después de animarse a sí mismo, Leonel caminó con confianza hacia el mostrador de recepción.

"Hola, soy