"Solo le dije que se fuera a casa," Verella sonrió.
Bastian frunció el ceño, "¿por qué diablos le dijiste que se fuera a casa?" Bastian trató de levantarse de su cama.
"Cariño, ¿a dónde vas?"
"¡A evitar que se vaya a casa!" Bastian respondió apresuradamente mientras agarraba el suero intravenoso colgando sobre él.
"¿Para qué la vas a detener?" Verella le gritó a Bastian enojada.
"¿Por qué le dijiste que se fuera a casa? ¿No sabes que está embarazada? Está llevando a nuestro futuro bebé."
"¡Decirle que se vaya a casa sola es algo absurdo, Verella!" Bastian empujó a Verella que intentaba prevenirlo agarrando su mano.
"Pero, Bastian..."
"¡Suéltame, Verella!"
"¡Carmen!" Bastian gritó mientras sostenía su suero por el pasillo del hospital.
Aunque el pasillo estaba desierto y no había señal de Carmen. Porque Carmen había dejado el piso doce desde hace unos minutos.
"¡Carmen se fue, Bastian!" Verella persiguió a Bastian.
"¡Estoy seguro de que no ha llegado lejos de aquí!" Bastian insistió.
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