Capítulo 81. Una oportunidad para ser feliz
Una hora después Victoria entró a la habitación de Stefan en la clínica tratando de no hacer ruido.
— ¿Quien anda ahí? —Preguntó Stefan.
—Perdón, ¿te desperté? —masculló Victoria.
Stefan encendió la luz de la lámpara de noche y tomó el teléfono celular para ver la hora.
Victoria se sentó a su lado.
—Es de madrugada, ¿qué demonios haces aquí? Deberías estar durmiendo.
Victoria subió un hombro restando importancia.
—La verdad es que me cuesta dormir y sentía que me ahogaba en casa, así que vine de una vez.
Stefan la observó, lucía triste, pero sobre todo ansiosa, sospechaba que quería irse muy lejos a lamer sus heridas.
Lejos de él.
—Lo que tengas que decirme puede esperar a que amanezca, estoy cansado.
—Entré porque Matt me dijo que acababa de hacerte la cura; voy a recostarme aquí —dijo Victoria señalando el sofácama para visitas—. Descansa y luego conversamos.
Stefan suspiró.
—Veo que no me darás un respiro —masculló Stefan con sorna—. Lo que