Michael estaba impresionado, todos llevaban chaleco, pero no solo en el pecho podía matar una bala, de hecho Stefan sangraba entre costado y cadera.

Victoria se arrodilló junto a Stefan.

— ¿Por qué lo hiciste? —Preguntó Victoria llorando devastada—. Te vas a poner bien, me has oído, recuerda que las malas hierbas no mueren, te pondrás bien —repetía como letanía.

Stefan levantó la mano llena de sangre y la puso en su rostro. Verla llena de sangre se parecía mucho a una de las pesadillas de cuando estuvo en coma.

—No llores por mí —susurró Stefan.

Diego gritaba por el intercomunicador.

“Papá Alessandro está herido, Slashdot cayó. Y toda esta mierd@ está por volar”

— ¡Eres un idiota! —Le acusó Victoria, te dieron a quemarropa. Por qué Stefan, me fallaste, Giancarlo cuenta contigo, no tenías que sacrificarte por mí, ya Michael me cubría.

—Porque mi Sirena no canta para maricas. Canta para los que saben morir. ¿Recuerdas?

Victoria lo sostuvo contra su pecho y sint