Capítulo 155. La Sirena canta por última vez
Victoria estaba en la sala de controles, Rebeka la ayudaba a maquillarse, ya que observó que sus manos temblaban.
—Gracias, sospecho que podría sacarme un ojo en vez de maquillármelo.
—No te preocupes, debes estar tranquila, todo saldrá bien —le animó Rebeka.
—No sé qué me pasa, no es ni de cerca lo más difícil que he hecho.
—Estás tan nerviosa porque entran a la acción los dos hombres que amas —musitó Guadalupe mirándola a través del espejo con resentimiento—. Puedes quedarte sin ninguno y eso te aterra.
—Guadalupe, por favor —rogó Rebeka.
—No. Déjala bruja, ella sabe exactamente por lo que estoy pasando, porque ella pasa por lo mismo.
—Tú y yo no somos iguales —espetó Guadalupe—. Michael y Franco están dispuestos a morir por ti, ¿pero tú por quién darías la vida? Ambas sabemos que no sería por Michael.
—Pues deberías entrar tú también a la acción, porque no sería a tu prometido a quien salvarías.
Guadalupe desvió la mirada.
—Michael se sabe cuidar solo