Capítulo 143. La Sirena se ahoga
Victoria no podía negarlo, no tenía sentido, y el miedo que desde hace mucho tiempo no la paralizaba lo sentía en máxima expresión. Si Michael atacaba a los Angelov, la batalla sería a muerte, y ella tendría que enfrentarlos, su lugar era defendiendo a Giancarlo.
—Michael, todo esto terminó, déjalo ya, por favor…
— ¿Tienes miedo de que vaya y tome su debilidad y la explote? Podría hacerlo, él me enseñó, así que sería ¿cómo es que le llaman? Justicia poética.
—Michael, te lo suplico…
—Él sí fue tras de ti porque sabía que eras lo único que me importaba. Ojo por ojo y diente por diente.
—Pero eso ya quedó en el pasado —rogó Victoria con lágrimas en los ojos y Michael subió las manos desde su cintura dibujando su silueta hasta tomar su rostro.
— ¿Y qué me darás para no hacerlo?
Victoria odió su burla, ella no era una débil muchacha que entregaría favores carnales. Ella era la Sirena, y si la amenazaban peleaba.
Le dio una bofetada, y Michael sonrió.
—Ve por él